sábado, 6 de febrero de 2010

En favor de la canonización de Martín Lutero y Juan Calvino


Hace 464 años murió Martín Lutero en Eisleben, Alemania. Lutero será recordado por la Reforma Protestante, pero antes que él hubieron otros que también lo intentaron, como por ejemplo Girolamo Savonarola, y más alejados en el tiempo San Francisco de Asís. San Francisco tuvo éxito en su empresa reformadora y supo rodearse de gente válida como el portugués San Antonio de Pádua, pero siempre a pequeña escala. El pobre Savonarola sufrió en sus carnes el fuego de la pira florentina por intentar reformar la cristiandad. No fue hasta la llegada de Lutero cuando éste detectó “algo podrido en el Vaticano”. La venta de reliquias –el negocio de la venta de huesos de santos era una estafa en toda regla- indignó al agustino. Tras mucha reflexión, aparecerían sus 95 tesis, un auténtico hito revolucionario. Luego vendría su excomunión por parte del Papa de Roma.
La cristiandad occidental estaba rota por la mitad –oriente hacía mucho tiempo ya que campaba por sus respetos-, y todavía faltaba la aparición de Juan Calvino que acabaría de rematar la obra reformista iniciada por Lutero.
Gracias a ellos, la Iglesia católica apostólica y romana inició las reformas pertinentes para encarar la modernidad de la cristiandad católica con seguridad y recuperar así la unidad religiosa en la medida de lo posible.
Desde aquí queremos pedir a la única monarquía electiva que queda en el mundo, que valore la posibilidad de canonizar a estos hombres. Sin ellos no hubiera sido posible la mal llamada “contrarreforma”, es decir, no hubiera habido reacción, y es muy probable que la Iglesia católica hubiera agonizado con el devenir de los siglos. Su obra provocó que savia nueva corriera por el mundo católico, y por ello me parece que su labor debe ser recompensada, ya que obraron un milagro: ¡el de la reacción positiva!

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