sábado, 27 de febrero de 2010

El Leviatán versus Walden


Hartos de malos rollos, recomendamos a nuestros lectores –si es que hay alguno- dos libros: el primero es Walden, de Henry D. Thoreau, y el segundo, su secuela, Walden Dos, de B.F. Skinner. El pensamiento, llamado anarco-liberal, encuentra en estos monstruos del saber su razón de ser. Menos papá estado, y más tête à tête entre los hombres. No necesitamos pasar por las instituciones de gobierno para relacionarnos. El estado se muestra incapaz de garantizar nuestra felicidad. Solo el calor humano es capaz de proporcionárnoslo. Por desgracia, la filosofía de estos señores no ha calado hondo en el mundo actual. La filosofía empírica de Thomas Hobbes, sigue vigente –El Leviatán- en la actualidad. Los hombres somos desconfiados unos de otros, y por tanto, enemigos de lo desconocido. Elias Canetti, al comienzo de su libro Masa y poder, nos dice: “nada teme el hombre más que ser tocado por lo desconocido. Deseamos ver qué intenta apresarnos; queremos identificarlo o, al menos, poder clasificarlo. En todas partes, el hombre elude el contacto con lo extraño. De noche o en la oscuridad, el terror ante un contacto inesperado puede llegar a convertirse en pánico”. Cuanta razón llevaba el sefardí. Ahora bien, Thoreau y Skinner ofrecen un mundo nuevo, mejor, en donde los seres humanos se comportan de manera racional –sin miedo-, entregados al amor al prójimo y a la seguridad de su comunidad.

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