He leído no sé dónde, que una parte de la afición española quiere dejar de llamar a la selección nacional de fútbol, La Roja, porque este nombre recuerda a La Pasionaria (roja), y prefiere llamarla La Furia Roja. Estos aficionados que piden el cambio, parece ser que son de derechas. Llamar La Roja a la selección, equivaldría a decir que esta es de izquierdas. El lío está montado. No sé si esta información es cierta o no, la verdad, no me interesa contrastarla, puesto que me parece una tontería.
Un español de derechas, ¿se puede sentir orgulloso de su pasado –el de España, claro está-, aún siendo éste claramente de izquierdas? y, a la inversa, ¿es posible que una persona de izquierdas se sienta orgullosa del pasado derechista español? Cuentan que en una ocasión, Winston Churchill fue preguntado si ilegalizaría el Partido Comunista británico, puesto que éste era un apéndice del Partido Comunista soviético. La respuesta de Churchill fue contundente, no, argumentando que los comunistas en el Reino Unido eran también británicos. Su respuesta es del todo sorprendente, teniendo en cuenta que fue él un adversario acérrimo del comunismo, y creador del termino telón de acero.
Volviendo a España, ¿un izquierdista se puede sentir orgulloso del planteamiento político conservador de Antonio Maura? y, ¿una persona de derechas o derechista, se puede sentir orgulloso de Manuel Azaña? Para rizar un poco más el rizo, ¿puede un nacionalista español mostrar orgullo por los nacionalismos periféricos de carácter no centralista, es decir, vasco y catalán exclusivamente?, y ¿éste pensamiento es posible a la inversa?
Pienso que todos habitamos éste suelo –patrio-, y que numerosas generaciones han pretendido el bien de la sociedad -¿de clases?-, pero por hache o por be, estas pretensiones se han visto frustradas. Hace unos meses, escribía un post (19 de marzo) en el que afirmaba que las ideologías eran enemigas de la democracia. No voy a desdecirme, claro está, pero si que diré que las ideologías son solo esos, ideas, y que son las personas las que las materializan. Evidentemente hay ideas incendiarias, llámese comunismo y fascismo, pero estas tratan de poner orden, su orden, ante el caos creado por la desigualdad social.
Creo que es posible sentirse orgulloso de Antonio Maura, Donoso Cortés, Ramiro de Maeztu, Manuel Azaña, La Pasionaria, Santiago Carrillo, Lluís Companys, José Antonio Aguirre, Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, etc., etc.… España debe asumir de una vez por todas su pasado, repensarlo, dejar de pedir disculpas por haber existido.
Desde aquí invito a repensar el pasado de España, a terminar con sus mitos y leyendas.
