miércoles, 27 de abril de 2011

Los cavernarios y otras historias futbolísticas

José Luís Carazo, en el artículo del diario Sport, El Madrid de Florentino, la caverna y ‘Mou’ siguen sufriendo ‘barcelonitis’ (miércoles, 27 de abril de 2011), no tiene desperdicio. El comienzo de chiste: Los de la caverna mediática no tienen arreglo. Se las ingenian una detrás de otra para tratar de poner nervioso a un rival, el Barça de Guardiola, de meterles el miedo en el cuerpo o dejarlo tocado cara a las semifinales de la Champions.
Bueno, acabo de enterarme que en Barcelona no existe caverna mediática, que eso solo existe en Madrid. En Barcelona lógicamente somos distintos. Los señores Casanovas, Carazo, Mascaró, Santi Nolla, Miguel Rico no son el equivalente barcelonista a los Roncero, Punto Pelota. Inda, Alcalá, y demás adláteres de Florentino Pérez (antibarcelonistas viscerales); claro, claro, ellos no son antimadridistas furibundos… En fin, si el señor Carazo se quiere creer sus mentiras… ¡allá él!
Toda la caverna deportiva alrededor de Barça y Madrid, vive de esto. Cuanta más leña se eche al fuego, tanto mejor. A fin de cuentas, son como rémoras que nadan alrededor de auténticos tiburones futbolísticos. Hace unos días, leí un artículo en La Vanguardia sobre un hijo de Isaac Albéniz, que al parecer había jugado en el Barcelona y Madrid a principios del siglo XX. El cambio de equipo fue recibido con respeto y sin demagogia por la prensa de Madrid. Imagino que la prensa de Barcelona mostraría el mismo respeto por el cambio, aunque en el artículo no lo diga. La prensa deportiva en España es parasitaria, encienden y apagan incendios cuando les conviene. Si la prensa convencional ya molesta por su excesivo posicionamiento político, la deportiva ídem. Quizá sea cierto aquello que la prensa del cuore le sirve a uno para relajarse… ¡excepto cuando uno ve a la Esteban!

lunes, 25 de abril de 2011

Guy Talese sobre Hemingway

Interesante artículo del periodista Guy Talese sobre el literato y experiodista Ernest Hemingway. En fecha treinta y uno de enero de dos mil diez, colgué la interesante entrevista de The Paris Review a Hemingway, en un café de Madrid en el año mil novecientos cincuenta y cuatro (http://www.theparisreview.org/interviews/4825/the-art-of-fiction-no-21-ernest-hemingway).
Pinchar el enlace para leer el artículo.

The Paris Review entrevista a Truman Capote

Interesante entrevista de The Paris Review al enfant terrible de la literatura norteamericana, Truman Capote. En una ocasión leí que leer a Capote era como beber agua. ¡Aquí dejo un buen chorro de agua fresca! Hay que pinchar el enlace para leer la entrevista.

sábado, 23 de abril de 2011

En el treinta aniversario de la muerte de Josep Pla

Hoy se cumplen treinta años de la muerte de Josep Pla en el Mas Pla de Llofriu. ¿Qué voy a decir nuevo sobre el Maestro? Leo una interesante entrevista que le hizo Mary Mérida en La Vanguardia, realizada el nueve de diciembre de mil novecientos setenta y tres. Deja cosas interesantes, como la que en su día le realizó Joaquín Soler Serrano por televisión. A la pregunta de la periodista: ¿por qué escribe usted?, Pla responde: porque no me queda más remedio. Porque me lo piden. Y porque necesito esos cuatro cuartos para ir viviendo. Pero le aseguro que el dinero no me importa nada.
El mundo realista, admirado y reverenciado de Josep Pla, se debía a una real politik vital, para ir tirando. El realismo de Pla, asusta y abruma a la vez al lector que se asoma a su obra por primera vez. Después, poco a poco se va acostumbrando hasta lograr hacerse indispensable. Además de un dominio del lenguaje –tanto en catalán como en español- absoluto, pero sin ambages –áspero, a fin de cuentas era un payés con mucho mundo a sus espaldas-.
Retomando la entrevista, quiero terminar con una pregunta de la periodista: ¿tiene resuelto su problema religioso? Pla responde: yo no sé por qué naci. Ni sé nada de la existencia. Pero, sinceramente, creo que después de la muerte han de suceder muy pocas cosas.
Señor Pla, pocas cosas han sucedido desde su muerte -a nivel literario me refiero-, pero su obra le ha resucitado una y otra vez, hasta convertirle en un autor de culto, a la altura de Stendhal o Balzac.

domingo, 17 de abril de 2011

Vidas paralelas: Jack London y Pío Baroja

Jack London: vitalista norteamericano; Pío Baroja: vitalista hispano. Las líneas que a continuación escribimos son un mero esbozo de un pensamiento que nos ronda por la cabeza desde hace tiempo. A lo largo de una serie de artículos que desarrollaremos en un futuro próximo, queremos demostrar, a través de esta comparación literaria, que primero: Baroja era un escritor con una fuerza critica brutal, tosca, pero auténtica y segundo: que el enfoque que se ha querido dar al final del siglo XIX español, puede estar equivocado y/o sobrevalorado. El conflicto planteado en aquel entonces por gente tan ilustre como Miguel Unamuno (españolizar Europa) y José Ortega y Gasset (europeizar España), puede que no fuera tal en realidad (un debate estéril, fuera de lugar). Spain no fue different en aquel entonces al resto de países de su entorno, ni siquiera de los lejanos Estados Unidos de América. Estudiando el movimiento obrero en Occidente, y siguiendo el rastro -escrito- de cronistas como Baroja y el propio London, estamos seguros de poder ofrecer una nueva perspectiva a la cuestión planteada.
Tanto el estadounidense como el español fueron escritores de reputación, y ambos denunciaron la cruda realidad de la clase obrera, tanto en los EEUU e Inglaterra (El pueblo del abismo), como en España. El vitalismo (élan vital) fue una corriente filosófica propia de finales del s. XIX, que se dejó sentir en ambos lados del Atlántico, y nuestros autores no fueron ajenos a dicho movimiento, a pesar de que London fuera de origen californiano (San Francisco, costa del Pacífico). Dos obras concretas sirven para demostrar lo que afirmamos. El autor de “La llamada de la Selva”, es decir, Jack London, consiguió transmitir toda su fuerza lírica en apenas ciento cincuenta páginas, y plasmar la realidad, ¡la dura realidad!, de Buck, un perro (alter ego), que se va asilvestrando conforme se va desarrollando la novela, puesto que la sociedad lo rechaza, no le permite domesticarse (socializarse) y además no para de darle golpes (recordemos la Ley del garrote). Por el contrario, el autor de la “La Busca”, Pío Baroja, en apenas trescientas páginas denuncia la realidad social a través de la experiencia vital de Manuel (alter ego), un niño. Los ojos de Manuel son inocentes y puros, pero no se quejan ante todas las desgracias que le ocurren (muerte de su madre, vagabundeo por Madrid sin techo alguno donde dormir, convertirse en trapero, etc., etc.). Buck y Manuel, respectivos alter ego de London y Baroja, son de espíritu recio y austero. En la crítica social, coinciden los autores, y además, y esto es algo que puede servir de reflexión, nunca, nunca, Baroja y London hacen pedir perdón a Manuel o Buck por haber existido. La vida es quehacer, nos decía Ortega en Historia como sistema, a lo que añadimos, ¡que no quejarte! Y nuestros personajes no se quejan, ¡luchan! El californiano y el donostiarra denuncian la sociedad industrial que ha generado una ingente masa demográfica (obrera), como consecuencia del capitalismo liberal y agresivo de finales del s. XIX, pero en ningún momento hacen compadecerse de su suerte a sus respectivos alter ego. La no queja es una señal inequívoca de lucha.
La crítica literaria ha sido más generosa con London que con Baroja. Ambos demostraron tener un amor inmenso por sus semejantes, y curiosamente, ambos tuvieron un marcado carácter antisocial. Paradojas del destino.

sábado, 9 de abril de 2011

Pío Baroja, ¿misógino?

Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad, dijo en una ocasión el fiel servidor de Adolf Hitler, Joseph Goebbels. Desde que tengo uso de razón, he escuchado decir que Pío Baroja era misógino. Misógino, según la RAE, quiere decir: Que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehúye su trato. Acabo de hacer una relectura, ¡doce años después!, de La Busca (1904), del afamado escritor donostiarra. Todavía recuerdo como el libro de literatura de COU, al referirse a Baroja, nos hablaba del odio endémico de este ilustre vasco sentia por las mujeres. ¡Qué tonto he sido todos estos años al creerlo a pie juntillas! Leí en su momento el libro, pero no me enteré de nada; somaticé la rabia de la profesora de Literatura y el libro de la asignatura, y a base de múltiples repeticiones, la misoginia de don Pío se convirtió en verdad.
Tras muchos años, solo puedo decir una cosa: esa gente no tenía ni idea de lo avanzado del pensamiento del escritor. Se ha cometido una terrible injusticia histórica con él, y su memoria debe ser restaurada. ¿Por qué digo esto? Porque el propio Baroja me lo ha dicho en La Busca. En la tercera parte, capítulo cuarto, unas palabras de Vidal, primo del protagonista de la historia y alter ego del amanuense, Manuel, se refiere con desprecio a uno de los protagonistas (el Bizco) por menospreciar a una mujer, de unos cincuenta años de edad, llamada Dolores, y conocida como la Escandalosa, con la que convive:
-Gracias a Dios que se va ese tío –murmuró Vidal.
-¿Estás reñido con él?
-Es un tío bestia. Vive con la Escandalosa, que es una vieja zorra; es verdad que tiene lo menos sesenta años y gasta lo que roba con sus queridos; pero bueno, le alimenta y él debe considerarla; pues nada, anda siempre con ella a puntapiés y a puñetazos y la pincha con el puñal, y hasta una vez ha calentado un hierro y la ha querido quemar. Bueno que la quite el dinero; pero eso de quemarla, ¿para qué?
Voy a citar otro párrafo, sin duda polémico, de la segunda parte, capítulo octavo, que hay que leerlo con perspectiva y sin prejuicio alguno. Recordemos que el libro está escrito en 1904. Nuestro protagonista mantiene una conversación con su primo Leandro sobre Milagros, la Milagros, exnovia de este último:
-¿Tú crees –dijo- que si una mujer le engaña a un hombre no tiene uno el derecho de matarla?
-Yo creo que no –contestó Manuel, mirando a Leandro a los ojos.
-Pues cuando un hombre tiene riñones, lo hace con derecho o sin él.
-Pero ¡moler! ¿A ti te ha engañado la Milagros? ¿Estabas casado con ella? Habéis reñido, y nada más.
-Yo voy a concluir haciendo una barbaridad –murmuró Leandro.
Un párrafo terrible, sin duda alguna, y podríamos pensar que eran otros tiempos, pero en los albores del siglo XXI, seguimos en España con esta terrible lacra.
Baroja, pone en palabras de Leandro, el pensamiento opresor y machista de una parte de la sociedad española de aquel entonces. A través de Manuel, critica esta deleznable conducta.
Si Baroja levantara la cabeza, volvería a criticar lo que vio entonces, puesto que el panorama no ha cambiado tanto.
Baroja no era machista, comprendía la injusticia que sufrían las mujeres en una sociedad patriarcal, y con ayuda de su pluma ingente, trató de igualar en sus textos a hombres y mujeres en derechos y obligaciones.
Solo decir que era un avanzado a su época, un visionario, y que la crítica lo ha tachado injustamente de misógino y... misántropo. Desde esta tribuna, le quiero rendir un pequeñísimo homenaje póstumo. ¡Gracias don Pío por haber sido tan íntegro!

miércoles, 6 de abril de 2011

Una noticia intrascendente

La isla de Lampedusa (Italia), vuelve a ser noticia por la inmigración clandestina. Ahora sabemos, no por imágenes, pero si por breves teletipos, en este caso de la Agencia EFE, que ciento cincuenta inmigrantes han desaparecido al caer al mar, próximos a la costa de esta diminuta isla. Se los ha tragado el mar. Nunca sabremos quienes eran, como se llamaban, si tenían familia, estudios, aficiones… cuáles eran sus sueños al subirse a la barcaza o patera para venir a Europa. Como persona y ciudadano del mundo, me da miedo la indiferencia ante noticias como esta. No hay imágenes sobre la tragedia, tampoco estas son necesarias, puesto que solo servirían para alimentar el morbo. El otro día se estrelló un avión en el Congo, no hubo supervivientes ni imágenes. Un periodista, al hilo de este terrible suceso, apuntaba el otro día por televisión, que al no existir imágenes del accidente, no existía para el mundo. Esta afirmación es siempre discutible. Una imagen debe golpear conciencias, tengo entendido que decía Picasso. La cultura de la imagen es total y absoluta en Occidente (el Nuevo Testamento nos dice: si no lo veo, no lo creo), pero esta, aunque necesaria a veces para golpear conciencias, ha degenerado en morbo. El morbo, según el diccionario de la RAE, quiere decir: “interés malsano por personas o cosas”.
Debemos reflexionar sobre todo esto como sociedad, supuestamente madura, para pasar a la acción en vez de quedarnos en estado contemplativo o vegetativo. Los lazos entre los hombres no deberían pasar por frías instituciones políticas, si no al calor de la conciencia humana, que acude en auxilio de los más desfavorecidos, en pos de una armonía cósmica: el amor al prójimo.

viernes, 1 de abril de 2011

Diez cosas que no debería olvidar nunca un abogado

El Consejo General de la Abogacía Europea, ha dado unas directrices (24 de noviembre de 2006) deontológicas a aquellos profesionales que quieran ejercer esta profesión. Lamentablemente, no son siempre observadas. Los principios esenciales de los abogados son, en particular:
1.- la independencia y la libertad de garantizar la defensa y el asesoramiento de su cliente;
2.- el respeto del secreto profesional y de la confidencialidad de los asuntos que le ocupan;
3.- la prevención de los conflictos de interés, bien sea entre varios clientes o entre el cliente y él mismo;
4.- la dignidad, el honor y la integridad;
5.- la lealtad respecto a su cliente;
6.- la probidad en materia de honorarios;
7.- la competencia profesional;
8.- el respeto de la confraternidad;
9.- el respeto del Estado de Derecho y la contribución a la buena administración de la justicia;
10.- la autorregulación de su profesión.