sábado, 31 de diciembre de 2011

¡Feliz Año!

Otro final de año que toca celebrar, ¡ya van unos cuantos! La vida va muy rápido, la verdad es que éste año ha pasado volando. Mis sueños se han cumplido a medias, y no, no me puedo quejar de como han estado estos trescientos sesenta y cinco días.
Por lo general, la cosa está bastante mal ahí fuera... dicen que el Nuevo Año traerá más miseria de la que hay actualmente. Momentos difíciles nos toca vivir a los españoles, y en general a todo el mundo.
Al Nuevo Año solo le pido SALUD, SALUD PARA TODOS.
¡FELIZ AÑO NUEVO!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sinopsis de "Un método peligroso"

Un método peligroso, película dirigida por David Cronenberg, e interpretada por Viggo Mortensen, Keira Knightley y Michael Fassbender; trata sobre la complicada relación que existió entre Sigmund Freud (Mortensen) y su discípulo predilecto, Carl Jung (Fassbender), en la fase embrionaria del desconocido método del psicoanálisis.
La relación maestro-alumno es complicada desde el momento en que el alumno quiere introducir novedades al mismo. El maestro se niega en rotundo, y con razón. Al ser una ciencia novedosa, Freud conocía que tendría numerosos enemigos. Sabemos por la biografía de Isaiah Berlin, del canadiense Michael Ignatieff, que cuando el filósofo acudió a la casa londinense de psicoanalista austriaco, el anfitrión preguntó al joven y tímido Berlin a que se dedicaba: “intento enseñar filosofía”, a lo que Freud contestó: “entonces pensará que soy un charlatán” (pag. 129, Isaiah Berlin, Su vida, Ed. Taurus, Madrid, 1999).
La charlatanería, según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia, en su primera acepción quiere decir: que habla mucho y sin sustancia. La tercera es un poco más dura: embaucador. Freud, el padre del psicoanálisis, temía que su hijo naciera muerto por injerencias externas. Es lógico que quisiera evitar una excesiva influencia de Jung, Adler o Ferenczi.
La película es un tanto floja en contenido. Resulta cómico ver a través de los ojos de Cronenberg la relación que tenía Freud con el dinero. Aparece como un envidioso ante la riqueza material de la que goza Jung. Por otro lado, no tiene desperdicio ver como aparece Jung provocando la antipatía y envidia de su mentor, ante su holgada y cómoda vida sin problemas económicos.
El papel interpretado por Keira Knightley, el de la joven Sabina Spielrein, es un poco irrelevante, a mi humilde parecer. La relación entre Freud-Jung y Spielrein es como un trébol de tres hojas, que podría ser reducido a dos.
Ojeando la Historia de los judíos de Paul Johnson (Ediciones B, Barcelona, 2006), leo en página 613: El significado de Jung para Freud fue que se trató del primer partidario gentil importante a quien logró atraer. Por eso en el Segundo Congreso Psicoanalítico, celebrado en Núremberg en 1910, desechó las objeciones y propuso que Jung fuese el presidente permanente. En la página siguiente, la 614, leo: La ruptura con Jung fue especialmente agria, porque, como dijo Jones, estaba llamado a ser “el Josué del Moisés que era Freud”. Su “cara resplandecía cuando hablaba de Jung”.
Si no recuerdo mal, fue Leonardo da Vinci quien dijo en una ocasión: pobre del alumno que no supere a su maestro. Cien años después, maestro y alumno siguen en nuestra memoria.