viernes, 29 de octubre de 2010

Fiona


Tú no eres consciente, pero ya llevas más de un año entre nosotros. Llegaste a casa moribunda, famélica y hambrienta… ¡pesabas quince quilos! Pero todo eso ya pasó, ahora eres la reina del barrio, feliz, frondosa, y para nuestra desgracia, sigues siendo una eterna muerta de hambre. Pero a pesar de todos los pesares, estamos muy contentos contigo. Nos hemos convertido en tus esclavos, siempre estamos pendientes de ti.
Fiona, eres pedorra y roncadora, eructas y haces muecas por doquier. Dormir cerca tuyo, es como hacerlo cerca de un taladro que suena dentro de ti durante horas, ¡ni cerrando las puertas uno se escapa de tus ronquidos!
Has conseguido impregnar el pisito con tu fragancia perruna. Ahora vivimos congelados por la necesidad de tener ventilada la casa, las veinticuatro horas del día.
Pero no nos quejamos por tu presencia, ya que llenas un espacio que hasta la fecha no conocíamos ninguno: ¡el rincón debajo de la ventana del salón!, y todavía uno más importante, el de nuestros corazones.

España, Aparta de mí este cáliz

II
BATALLAS

Hombre de Extremadura,
oigo bajo tu pie el humo del lobo,
el humo de la especie,
el humo del niño,
el humo solitario de dos trigos,
el humo de Ginebra, el humo de Roma, el humo de Berlín
y el de París y el humo de tu apéndice penoso
y el humo que, al fin, sale del futuro.
¡Oh vida! ¡Oh tierra! ¡Oh España!
¡Onzas de sangre,
metros de sangre, líquidos de sangre,
sangre a caballo, a pie, mural, sin diámetro,
sangre de cuatro en cuatro, sangre de agua
y sangre muerta de la sangre viva!

Extremeño, ioh no ser aún ese hombre
por el que te mató la vida y te parió la muerte
y quedarse tan sólo a verte así, desde este lobo,
cómo sigues arando en nuestros pechos!
iExtremeño, conoces
el secreto en dos voces, popular y táctil,
del cereal: jque nada vale tanto
una gran raíz en trance de otra!
Extremeño acodado, representando el alma en su retiro
acodado a mirar
el caber de una vida en una muerte!

iExtremeño, y no haber tierra que hubiere
el peso de tu arado, ni más mundo
que el color de tu yugo entre dos épocas; no haber
el orden de tus póstumos ganados!
iExtremeño, dejásteme
verte desde este lobo, padecer,
pelear por todos y pelear
para que el inviduo sea un hombre,
para que los señores sean hombres,
para que todo el mundo sea un hombre, y para
que hasta los animales sean hombres,
el caballo, un hombre,
el reptil, un hombre,
el buitre, un hombre honesto,
la mosca, un hombre, y el olivo, un hombre
y hasta el ribazo, un hombre
y el mismo cielo, todo un hombrecito!

Luego, retrocediendo desde Talavera,
en grupos de uno a uno, armados de hambre, en masas de a uno,
armados de pecho hasta la frente,
sin aviones, sin guerra, sin rencor,
el perder a la espalda,
y el ganar
más abajo del plomo, heridos mortalmente de honor,
locos de polvo, el brazo a pie,
amando por las malas,
ganando en español toda la tierra,
retroceder aún, y no saber
dónde poner su España,
dónde ocultar su beso de orbe,
dónde plantar su olivo de bolsillo!

Mas desde aquí, más tarde,
desde el punto de vista de esta tierra,
desde el duelo al que fluye el bien satánico,
se ve la gran batalla de Guernica.
Lid a priori, fuera de la cuenta,
lid en paz, lid de las almas débiles
contra los cuerpos débiles, lid en que el niño pega,
sin que le diga nadie que pegara,
bajo su atroz diptongo
y bajo su habilísimo pañal,
y en que la madre pega con su grito, con el dorso de una lágrima
y en el que el enfermo pega con su mal, con su pastilla y su hijo
y en que el anciano pega
con sus canas, sus siglos y su palo
y en que pega el presbítero con dios!
Tácitos defensores de Guemica!
ioh débiles!
ioh suaves ofendidos
que os eleváis, crecéis,
y llenáis de poderosos débiles el mundo!

En Madrid, en Bilbao, en Santander,
los cementerios fueron bombardeados,
y los muertos inmortales,
de vigilantes huesos y hombro eterno, de las tumbas,
los muertos inmortales, de sentir, de ver, de oír
tan bajo el mal, tan muertos a los viles agresores,
reanudaron entonces sus penas inconclusas,
acabaron de llorar, acabaron
de sufrir, acabaron de vivir,
acabaron, en fin, de ser mortales!

¡Y la pólvora fue, de pronto, nada,
cruzándose los signos y los sellos,
ya la explosión salióle al paso un paso,
y al vuelo a cuatro patas, otro paso
y al cielo apocalíptico, otro paso
y a los siete metales, la unidad,
sencilla. justa, colectiva, eterna.

Málaga sin padre ni madre
ni piedrecilla, ni horno, ni perro blanco!
Málaga sin defensa, donde nació mi muerte dando pasos
y murió de pasión mi nacimiento!
Málaga caminando tras de tus pies, en éxodo,
bajo el mal, bajo la cobardía, bajo la historia cóncava, indecible,
con la yema en tu mano: tierra orgánica!
y la clara en la punta del cabello: todo el caos!
iMálaga huyendo
de padre a padre, familiar, de tu hijo a tu hijo,
a lo largo del mar que huye del mar,
a través del metal que huye del plomo,
a ras del suelo que huye de la tierra
y a las órdenes iay!
de la profundidad que te quería!
iMálaga a golpes, a fatídico coágulo, a bandidos, a infiernazos
a cielazos,
andando sobre duro vino, en multitud,
sobre la espuma lila, de uno en uno,
sobre huracán estático y más lila,
y al compás de las cuatro órbitas que aman
y de las dos costillas que se matan!
iMálaga de mi sangre diminuta
y mi coloración a gran distancia,
la vida sigue con tambor a tus honores alazanes,
con cohetes, a tus niños eternos
y con silencio a tu último tambor,
con nada, a tu alma,
y con más nada, a tu esternón genial!
iMálaga, no te vayas con tu nombre!
iQue si te vas,
te vas
toda, hacia ti, infinitamente en son total
, concorde con tu tamaño fijo en que me aloco,
con tu suela feraz y su agujero
y tu navaja antigua,atada a tu hoz enferma
y tu madero atado a un martillo!
iMálaga literal y malagüeña,
huyendo a Egipto, puesto que estás clavada,
alargando en sufrimiento idéntico tu danza,
resolviéndose en ti el volumen de la esfera,
perdiendo tu botijo, tus cánticos, huyendo
con tu España exterior y tu orbe innato!
¡Málaga por derecho propio
y en el jardín biológico, más Málaga!
¡Málaga, en virtud
del camino. en atención al lobo que te sigue
y en razón del lobezno que te espera!
¡Málaga. que estoy llorando!
¡Málaga. que lloro y lloro!

III
Solía escribir con su dedo grande en el aire...

Solía escribir con su dedo grande en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas»,
de Miranda de Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre. Pedro y sus dos muertes.

Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!
Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!
¡Abisa a todos compañeros pronto!

Palo en el que han colgado su madero,
lo han matado;
¡lo han matado al pie de su dedo grande!
¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!

¡Viban los compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con esta b del buitre en las entrañas
de Pedro
y de Rojas, del héroe y del mártir!
Registrándole, muerto, sorprendiéronle
en su cuerpo un gran cuerpo, para
el alma del mundo,
y en la chaqueta una cuchara muerta.

Pedro también solía comer
entre las criaturas de su carne, asear, pintar
la mesa y vivir dulcemente
en representación de todo el mundo.
Y esta cuchara anduvo en su chaqueta,
despierto o bien cuando dormía, siempre,
cuchara muerta viva, ella y sus símbolos.
¡Abisa a todos compañeros pronto!
¡Viban los compañeros al pie de esta cuchara para siempre!

Lo han matado, obligándole a morir
a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquel
que nació muy niñín, mirando al cielo,
y que luego creció, se puso rojo
y luchó con sus células, sus nos, sus todavías, sus hambres, sus pedazos.

Lo han matado suavemente
entre el cabello de su mujer, la Juana Vázquez,
a la hora del fuego, al año del balazo
y cuando andaba cerca ya de todo.

Pedro Rojas, así, después de muerto
se levantó, besó su catafalco ensangrentado,
lloró por España
y volvió a escribir con el dedo en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas».

Su cadáver estaba lleno de mundo.

jueves, 28 de octubre de 2010

España, Aparta de mí este cáliz

Según Jorge Semprún, este poema de César Vallejo es uno de los más hermosos en lengua española:
I
HIMNO A LOS VOLUNTARIOS DE LA REPÚBLICA

Voluntario de España, miliciano
de huesos fidedignos, cuando marcha a morir tu corazón,
cuando marcha a matar con su agonía
mundial, no sé verdaderamente
qué hacer, dónde ponerme; corro, escribo, aplaudo,
lloro, atisbo, destrozo, apagan, digo
a mi pecho que acabe, al que bien, que venga,
y quiero desgraciarme;
descúbrome la frente impersonal hasta tocar
el vaso de la sangre, me detengo,
detienen mi tamaño esas famosas caídas de arquitecto
con las que se honra el animal que me honra;
refluyen mis instintos a sus sogas,
humea ante mi tumba la alegría
y, otra vez, sin saber qué hacer, sin nada, déjame,
desde mi piedra en blanco, déjame,
solcuadrumano, más acá, mucho más lejos,
al no caber entre mis manos tu largo rato extático,
quiebro con tu rapidez de doble filo
mi pequeñez en traje de grandeza!

Un día diurno, claro, atento, fértil
¡oh bienio, el de los lóbregos semestres suplicantes,
por el que iba la pólvora mordiéndose los codos!
¡oh dura pena y más duros pedernales!
!oh frenos los tascados por el pueblo!
Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera
y soberanamente pleno, circular,
cerró su natalicio con manos electivas;
arrastraban candado ya los déspotas
y en el candado, sus bacterias muertas...

¿Batallas? ¡No! Pasiones. Y pasiones precedidas
de dolores con rejas de esperanzas,
de dolores de pueblos con esperanzas de hombres!
¡Muerte y pasión de paz, las populares!
o,¡Muerte y pasión guerreras entre olivos, entendámonos!
Tal en tu aliento cambian de agujas atmosféricas los vientos
y de llave las tumbas en tu pecho,
tu frontal elevándose a primera potencia de martirio.

El mundo exclama: “¡Cosas de españoles!” Y es verdad.
Consideremos,
durante una balanza, a quemarropa,
a Calderón, dormido sobre la cola de un anfibio muerto
o a Cervantes, diciendo: “Mi reino es de este mundo, pero
también del otro”: ¡punta y filo en dos papeles!
Contemplemos a Goya, de hinojos y rezando ante un espejo,
a Coll, el paladín en cuyo asalto cartesiano
tuvo un sudor de nube el paso llano
o a Quevedo, ese abuelo instantáneo de los dinamiteros
o a Cajal, devorado por su pequeño infinito, o todavía
a Teresa, mujer que muere porque no muere
o a Lina Odena, en pugna en más de un punto con Teresa...
(Todo acto o voz genial viene del pueblo
y va hacia él, de frente o transmitidos
por incesantes briznas, por el humo rosado
de amargas contraseñas sin fortuna)
Así tu criatura, miliciano, así tu exangüe criatura,
agitada por una piedra inmóvil,
se sacrifica, apártase,
decae para arriba y por su llama incombustible sube,
sube hasta los débiles,
distribuyendo españas a los toros,
toros a las palomas...

Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía
acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente,
tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana
dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición,
a tu enemigo!
¡Liberador ceñido de grilletes,
sin cuyo esfuerzo hasta hoy continuaría sin asas la extensión,
vagarían acéfalos los clavos,
antiguo, lento, colorado, el día,
nuestros amados cascos, insepultos!
¡Campesino caído con tu verde follaje por el hombre,
con la inflexión social de tu meñique,
con tu buey que se queda, con tu física,
también con tu palabra atada a un palo
y tu cielo arrendado
y con la arcilla inserta en tu cansancio
y la que estaba en tu uña, caminando!
¡Constructores
agrícolas, civiles y guerreros,
de la activa, hormigueante eternidad: estaba escrito
que vosotros haríais la luz, entornando
con la muerte vuestros ojos;
que, a la caída cruel de vuestras bocas,
vendrá en siete bandejas la abundancia, todo
en el mundo será de oro súbito
y el oro,
fabulosos mendigos de vuestra propia secreción de sangre,
y el oro mismo será entonces de oro!

¡Se amarán todos los hombres
y comerán tomados de las puntas de vuestros pañuelos tristes
y beberán en nombre
de vuestras gargantas infaustas!
Descansarán andando al pie de esta carrera,
sollozarán pensando en vuestras órbitas, venturosos
serán y al son
de vuestro atroz retorno, florecido, innato,
ajustarán mañana sus quehaceres, sus figuras soñadas y cantadas!

¡Unos mismos zapatos irán bien al que asciende
sin vías a su cuerpo
y al que baja hasta la forma de su alma!
¡Entrelazándose hablarán los mudos, los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
traerá pedacitos de pan al elefante encadenado
a su brutal delicadeza; volverán
los niños abortados a nacer perfectos, espaciales
y trabajarán todos los hombres,
engendrarán todos los hombres,
comprenderán todos los hombres!

¡Obrero, salvador, redentor nuestro,
perdónanos, hermano, nuestras deudas!
Como dice un tambor al redoblar, en sus adagios:
qué jamás tan efímero, tu espalda!
qué siempre tan cambiante, tu perfil!

¡Voluntario italiano, entre cuyos animales de batalla
un león abisinio va cojeando!
¡Voluntario soviético, marchando a la cabeza de tu pecho universal!
¡Voluntarios del sur, del norte, del oriente
y tú, el occidental, cerrando el canto fúnebre del alba!
¡Soldado conocido, cuyo nombre
desfila en el sonido de un abrazo!
¡Combatiente que la tierra criara, armándote
de polvo,
calzándote de imanes positivos,
vigentes tus creencias personales,
distinto de carácter, íntima tu férula,
el cutis inmediato,
andándote tu idioma por los hombros
y el alma coronada de guijarros!
¡Voluntario fajado de tu zona fría,
templada o tórrida,
héroes a la redonda,
víctima en columna de vencedores:
en España, en Madrid, están llamando
a matar, voluntarios de la vida!

¡Porque en España matan, otros matan
al niño, a su juguete que se para,
a la madre Rosenda esplendorosa,
al viejo Adán que hablaba en alta voz con su caballo
y al perro que dormía en la escalera.
Matan al libro, tiran a sus verbos auxiliares,
a su indefensa página primera!
Matan el caso exacto de la estatua,
al sabio, a su bastón, a su colega,
al barbero de al lado -me cortó posiblemente,
pero buen hombre y, luego, infortunado;
al mendigo que ayer cantaba enfrente,
a la enfermera que hoy pasó llorando,
al sacerdote a cuestas con la altura tenaz de sus rodillas...

¡Voluntarios,
por la vida, por los buenos, matad
a la muerte, matad a los malos!
¡Hacedlo por la libertad de todos,
del explotado, del explotador,
por la paz indolora —a sospecho
cuando duermo al pie de mi frente
y más cuando circulo dando voces—
y hacedlo, voy diciendo,
por el analfabeto a quien escribo,
por el genio descalzo y su cordero,
por los camaradas caídos,
sus cenizas abrazadas al cadáver de un camino!

Para que vosotros,
voluntarios de España y del mundo, vinierais,
soñé que era yo bueno, y era para ver
vuestra sangre, voluntarios...
De esto hace mucho pecho, muchas ansias,
muchos camellos en edad de orar.
Marcha hoy de vuestra parte el bien ardiendo,
os siguen con cariño los reptiles de pestaña inmanente
y, a dos pasos, a uno,
la dirección del agua que corre a ver su límite antes que arda.

sábado, 23 de octubre de 2010

Simplemente Marcial

Marco Valerio Marcial tenía una forma muy particular de entender la dignidad humana. Aquí os dejo un ejemplo:

"Al fango de charcas resecas,
al vaho de aguas podridas,
al aire estancado de aljibe,
al tufo de un macho cabrío
que monta cansino a su cabra,
a bota de un viejo soldado,
a tela retinta de púrpura,
a boca de hebrea en ayunas,
al aliento amargo de los condenados,
al candil gastado de una puta vieja,
a zurrapas secas de lagar inmundo,
a cubil de víbora, a rastro de zorra
preriría yo oler, amiga,
antes de oler a lo que hueles".

Libro IV. Epigrama 4

viernes, 22 de octubre de 2010

La tradición jurídica

El Estado Libre Asociado de Puerto Rico, es un país muy curioso, porque desde 1898 ha visto como su tradición jurídica continental, es decir, la herencia española de origen francés, ha sido sustituida por una nueva, la anglosajona, de naturaleza estadounidense. Los historiadores del Derecho (continental), siempre han insistido en los problemas por desnaturalizar sociedades con nuevas normas y tradiciones jurídicas. Pensemos que aquí en España, tierra por donde han pasado muchos pueblos, con sus respectivas tradiciones juridico-culturales, el caos ha sido absoluto. Olvidando la herencia de las colonias griegas y fenicias, las Españas de aquel entonces tuvieron como principal fuente el Derecho romano, que ha perdurado en nuestro actual Derecho, a través del Código civil, que a su vez mama del Código de Napoleón de 1804, sin olvidar las Institutia de Gayo, fuente principal del mismo. Pero dentro del caos, vemos algo de orden, al menos con perspectiva histórica. Pensemos en la entrada de los germanos en Hispania, vándalos, alanos, suevos y sobre todo, los visigodos. La religión de estos, era distinta a la de los antiguos hispanorromanos, que eran de tradición católica, y los "invasores" eran seguidores de Arrio, es decir, arrianos. Además de este pequeño enfrentamiento religioso, hubo otro más por la tradición jurídica que viajaba con los godos, el derecho germánico. En el caso hispano, la solución vino marcada por el peso de la demografía hispanorromana, puesto que los visigodos eran menor en número, lo que a la postre significó la "conversión" al catolicismo y al Derecho de gentes (ius gentium) romano. En el 711 d.C entraron los bereberes en Hispania, haciendo de avanzadilla de sus amos los árabes (curioso que el Islam diga que ha sido y es una sociedad igualitaria, puesto que la lengua del Profeta es el árabe, el árabe es un idioma santo, y los árabes destacan por encima de sus hermanos de religión), provocando la retirada de los ¿hispanogodos? al norte de la Península. Conquistada Hispania para el islam, se impuso su tradición jurídico-religiosa, que por momentos fue dura (ortodoxia), y por momentos laxa (heterodoxia). No hay que olvidar la tradición religiosa hebrea, que rebautizaron Hispania como Sefarad, o "tierra de conejos". Poco a poco, los antiguos autóctonos fueron expulsando a los nuevos, que habían rebautizado esta tierra como Al-Andalus (¿tierra de vándalos?). Este periodo ha sido conocido como la Re-conquista. En 1492 esta lucha por la tierra, termina con la expulsión del último gobernante del Reino de Granada. Huelga decir que la tradición jurídica árabe ha sido prácticamente borrada de las Españas, conservándose algunos destellos en Valencia (Tribunal de las Aguas), y poco más. Tras la Reconquista, nos encontramos con la Conquista. España exportaría su modus vivendi al exterior, sus tradiciones y sobre todo el derecho castellano. El Imperio español tiene una larga duración, de 1492 a 1898, momento este último que supone el renacer de España como nación moderna, alejada de cualquier atavismo colonial. ¿Qué ha dejado España por el camino en sus antiguas colonias? Leyenda negra aparte, su tradición jurídica ha perdurado en el tiempo, sobretodo desde que las Españas estuvieron bajo el imperio de los Borbones, de origen francés. Las Españas no dejarían de mirar a las Francias jamás, tradición que todavía perdura en la actualidad. El colmo de la asimilación, sería el fagocitar la obra del petit caporal de Ajaccio, y que se plasmaría en nuestro Código Civil de 1889, ¡ochenta y cinco años después!
Pero volvamos a la tierra de los boricuas, tierra de hermosas mujeres, ¿qué ha sucedido con su tradición jurídica? Han asimilado la tradición del invasor estadounidense, renunciando a la suya, ¿para qué? Para leer un artículo de cachondeo como es el Artículo II, sección 1, que dice: "la dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante la Ley. No podrá establecerse discrimen alguno por motivo de raza, color, sexo, nacimiento, origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas. Tanto las leyes como el sistema de instrucción pública encarnarán estos principios de esencial igualdad humana". ¡Mentira! los ciudadanos de Puerto Rico son ciudadanos de segunda, solo hay que verlo en las elecciones generales, es decir, presidenciales. Pero poco podían hacer nuestros hermanos boricuas, puesto que el pez grande siempre se comerá al chico, ¡es ley de vida!, y quien tiene el poder, hace las leyes, ¡en este caso las rehace!
El presente a afianzado el sistema jurídico anglosajón, este ya forma parte de la "tradición" puertorriqueña, pero es una lástima ver estos desperfectos que causan al sistema. No voy a cuestionar aquí y ahora, el origen romano del Common law, y que por ende hermanaría a las distintas tradiciones jurídicas de Occidente. Solo queremos decir que estas se han distanciado mucho en el transcurso del tiempo, como en su día el catolicismo de la ortodoxia, o el cristianismo del judaísmo.