miércoles, 6 de abril de 2011

Una noticia intrascendente

La isla de Lampedusa (Italia), vuelve a ser noticia por la inmigración clandestina. Ahora sabemos, no por imágenes, pero si por breves teletipos, en este caso de la Agencia EFE, que ciento cincuenta inmigrantes han desaparecido al caer al mar, próximos a la costa de esta diminuta isla. Se los ha tragado el mar. Nunca sabremos quienes eran, como se llamaban, si tenían familia, estudios, aficiones… cuáles eran sus sueños al subirse a la barcaza o patera para venir a Europa. Como persona y ciudadano del mundo, me da miedo la indiferencia ante noticias como esta. No hay imágenes sobre la tragedia, tampoco estas son necesarias, puesto que solo servirían para alimentar el morbo. El otro día se estrelló un avión en el Congo, no hubo supervivientes ni imágenes. Un periodista, al hilo de este terrible suceso, apuntaba el otro día por televisión, que al no existir imágenes del accidente, no existía para el mundo. Esta afirmación es siempre discutible. Una imagen debe golpear conciencias, tengo entendido que decía Picasso. La cultura de la imagen es total y absoluta en Occidente (el Nuevo Testamento nos dice: si no lo veo, no lo creo), pero esta, aunque necesaria a veces para golpear conciencias, ha degenerado en morbo. El morbo, según el diccionario de la RAE, quiere decir: “interés malsano por personas o cosas”.
Debemos reflexionar sobre todo esto como sociedad, supuestamente madura, para pasar a la acción en vez de quedarnos en estado contemplativo o vegetativo. Los lazos entre los hombres no deberían pasar por frías instituciones políticas, si no al calor de la conciencia humana, que acude en auxilio de los más desfavorecidos, en pos de una armonía cósmica: el amor al prójimo.

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