sábado, 23 de abril de 2011

En el treinta aniversario de la muerte de Josep Pla

Hoy se cumplen treinta años de la muerte de Josep Pla en el Mas Pla de Llofriu. ¿Qué voy a decir nuevo sobre el Maestro? Leo una interesante entrevista que le hizo Mary Mérida en La Vanguardia, realizada el nueve de diciembre de mil novecientos setenta y tres. Deja cosas interesantes, como la que en su día le realizó Joaquín Soler Serrano por televisión. A la pregunta de la periodista: ¿por qué escribe usted?, Pla responde: porque no me queda más remedio. Porque me lo piden. Y porque necesito esos cuatro cuartos para ir viviendo. Pero le aseguro que el dinero no me importa nada.
El mundo realista, admirado y reverenciado de Josep Pla, se debía a una real politik vital, para ir tirando. El realismo de Pla, asusta y abruma a la vez al lector que se asoma a su obra por primera vez. Después, poco a poco se va acostumbrando hasta lograr hacerse indispensable. Además de un dominio del lenguaje –tanto en catalán como en español- absoluto, pero sin ambages –áspero, a fin de cuentas era un payés con mucho mundo a sus espaldas-.
Retomando la entrevista, quiero terminar con una pregunta de la periodista: ¿tiene resuelto su problema religioso? Pla responde: yo no sé por qué naci. Ni sé nada de la existencia. Pero, sinceramente, creo que después de la muerte han de suceder muy pocas cosas.
Señor Pla, pocas cosas han sucedido desde su muerte -a nivel literario me refiero-, pero su obra le ha resucitado una y otra vez, hasta convertirle en un autor de culto, a la altura de Stendhal o Balzac.

No hay comentarios:

Publicar un comentario