jueves, 11 de noviembre de 2010

El sueño de Clitemnestra de Yorgos Gotis

Se despertó asustada
toda la noche estuvo oyendo ruido de cascos
en torno al palacio.

De repente un blanco caballo
se apartó de los demás
y saltó a su habitación.
Le pareció conocido pero no
lo reconoció de inmediato.

Su cama lago
con estancadas aguas
muerto se zambullía su marido.

Pavos reales, palomas, halcones
loco baile, en derredor
perdidos guerreros se levantaban
y fustigaban la negra tierra.

Oía la voz
de la hija que chillaba:
«en los culpables ley es
su fuerza.
Vencedor aquel que arranque
del recuerdo al otro».

La noción del miedo conlleva felicidad
pensó, y el amor es exoneración
–blanco paño transparente la envolvió.
Rojas golondrinas se abalanzaron
trayendo la aurora.

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