domingo, 6 de marzo de 2011

La Profecía falaz

El término "milenarismo", dice el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, es la doctrina o creencia de los milenarios. Cuando acudimos a buscar el origen o concepción de la palabra "milenario", encontramos varias acepciones: 1. Se dice de quienes creían que Jesucristo reinaría sobre la tierra durante 1000 años antes del día del Juicio; y 2. Se dice de la persona que creía que el Juicio Final y el fin del mundo acaecerían en el año 1000 de la era cristiana.
Estamos en el mes de marzo del año 2011, y dentro de un año aproximadamente, el mundo se va a acabar tal y como lo conocemos, según las "Siete Profecías Mayas" (sic 2012). La Primera Profecía dice: el mundo de odio y materialismo terminará el sábado 22 de diciembre del año 2012 y con ello el final del miedo, en este día la humanidad se tendrá que escoger entre desparecer como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo, comprendiendo y tomando conciencia de todo está vivo y que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de luz.
¿No es raro que la Primera Profecía se produzca precisamente en el mes de diciembre? Pienso en la palabra "solsticio", y voy al diccionario de la RAE a consultar lo que dice: época en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos, lo cual sucede del 21 al 22 de junio para el de Cáncer, y del 21 al 22 de diciembre para el de Capricornio. ¿No es eso un cambio? Además la definición académica clava el día 22 de diciembre, al igual que la "Profecía".
Busco en Google “Profecías Mayas 2012”, y encuentro 78.600 resultados, cifra nada despreciable al respecto. El mismo buscador sirve para buscar la palabra “falacia”, con 429.000 resultados.
La gente es muy libre de creer lo que quiera, pero no debería perder el tiempo, ¡su tiempo que nadie devolverá jamás!, con menudencias como el fin del mundo, el Apocalipsis, etcétera. La Tierra está sometida a cambios desde sus inicios, es un ser vivo como cualquier otro. El ser humano ha erosionado su corteza desde la Prehistoria -mirar talas de superficie boscosa en el Creciente Fértil, Oriente Próximo antes del año 7000 a.C-, y seguimos haciéndolo, aunque a marchas forzadas, desde el proceso industrializador (Revolución Industrial) de finales del s. XVIII. Con esta afirmación no estoy alabando el proceso de erosión de la Tierra o Gaya, solo constato un acto. La Tierra, a través de sus hechos (deriva continental de su placas, cambios gravitacionales, etc…), nos ha demostrado que es indomeñable. Si tiene necesidad de cambio, cambiará, y no porque lo diga la Cuarta, Sexta o Séptima Profecía Maya. “Profecía”, según la RAE, quiere decir: don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras. El hombre es un ser natural, limitado y temporal. En base a su experiencia, ha podido pronosticar la recogida de cosechas (el fascinante mundo agrario), lluvias (monzones en el Sudeste Asiático), huracanes (Golfo de México) y demás. Todo esto gracias a la observación terrenal y no supraterrenal. Por lo tanto, descarto la palabra “Profecía” para nombrar los futuros acontecimientos que sucederán en la Tierra. A mi parecer, deberíamoa acudir a Bwin, Will Hill o BetClic, para apostar o profetizar sobre el fin del mundo. Adivinar el fin del mundo... ¡eso si que es un don sobrenatural!, y encima que te toque una morterada de euros para no poder hacer nada con ellos, puesto que el mundo ya no existirá tal y como lo conocemos. Ironías de la vida.

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