viernes, 4 de febrero de 2011

Emmett Till

El crimen de Emmett Till en agosto de 1955, no debería olvidarse jamás. Todo lo que representa la Justicia hizo aguas en aquel entonces. El crimen del niño de catorce años fue el de silbar a una chica blanca de veintiuno. La respuesta no se hizo esperar. A los cuatro días de este terrible suceso (¡un niño negro silbando a una chica blanca!), el criminal nigger fue recogido en casa de su tío Moses Wright, en Money, Mississipi, por Roy Bryant y Big J.W. Nadie volvería a verlo con vida jamás. Fue brutalmente apalizado, perdió un ojo y recibió un disparo en la oreja. Su cuerpo quedó destrozado.
Lo mejor vino después. El sistema judicial del Estado de Mississippi, no encontró culpables a Roy Bryant y a Big J.W. Sin duda, una GRAN VERGÜENZA para todos aquellos que creemos en el Poder Judicial. Un jurado de blancos los absolvió por el homicidio de Till.
Citando una entrevista de The Paris Review a Willliam Faulkner, en Nueva York, a principios del año 1956, el autor de New Albany nos dice: si los americanos queremos sobrevivir tendremos que elegir y defender ser ante todo americanos, presentar al mundo un frente homogéneo y continuo, sea de blancos, negros, morados, azules o verdes.
Gracias a Dios, los EEUU ya empiezan a lograr la homogenización que proclamaba Faulkner en los años cincuenta del siglo pasado. Ahora le falta hacerlo al resto del mundo. No podemos seguir hablando de negros, violetas, blancos o amarillos. La Humanidad es una gran familia.

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