domingo, 15 de agosto de 2010

Agricultura transgénica


Desde hace unos años, la sociedad mundial no deja de escuchar una palabra que para unos es maldita, y para otros es sagrada, y esta no es otra que la palabra transgénico. Según el Diccionario de la Real Academia Española, transgénico quiere decir: “dicho de un organismo vivo: Que ha sido modificado mediante la adición de genes exógenos para lograr nuevas propiedades”. El organismo vivo que ha sido modificado, es decir, manipulado genéticamente. ¿Qué implica esta manipulación para el ser humano? Recientemente, España se ha sumado por primera vez, en un Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE, a las filas contrarias a los cultivos de las plantas transgénicas. Una mayoría cualificada rechazó la propuesta de la Comisión Europea favorable a que levantaran su actual moratoria para cultivar el maíz modificado genéticamente. Con esta votación, Hungría puede mantener su prohibición al cultivo del maíz MON 810 (de la multinacional norteamericana Monsanto), mientras que en Austria seguirá prohibido el cultivo de este mismo maíz y el T25 de Bayer. La controversia se ha suscitado porque Austria y Hungría han invocado la cláusula de salvaguarda que permite declarar un veto a la siembra de semillas por razones excepcionales. Científicos de estos dos países alegaron que este maíz presenta riesgos potenciales para el medio ambiente .
Nuestro conocimiento sobre los transgénicos es nulo, y lo poco que sabemos sobre ello es gracias a la biblioteca de la Facultad de Biología de la UB, y a google. Al buscar información sobre el maíz T25 de Bayer en google, este nos remite a un interesante informe de la Comisión Europea , en el cual da el visto bueno al producto. Si buscamos en la misma fuente el maíz MON 810 de Monsanto, la primera página que nos ofrece google es la Greenpeace. Los ecologistas hacen una crítica sucinta al producto, y nos dicen que: “la tecnología Terminator provoca que las semillas transgénicas sean estériles, propiedad que alterará radicalmente los métodos de producción agrícola en beneficio de unas cuantas corporaciones”. En otra página , nos aparece la descripción biológica de esta semilla, y un interesante párrafo final sobre las posibles secuelas de la misma: “cualquier efecto inesperado adverso para la salud humana o para el medioambiente, sería remitido inmediatamente a la Autoridad Competente”. Siguiendo nuestra ruta informativa, buscamos en google información sobre la empresa Monsanto Company . Al abrir su página web en España, vemos una noticia relevante sobre los transgénicos: “en 10 años de cultivos transgénicos se han eliminado 10 millones de toneladas de gases de efecto invernadero por ahorro de combustible, o lo que es lo mismo, el 2,3% del total de emisiones de gases de efecto invernadero que se emitieron en España en 2004”.
Al leer esta noticia, buscamos un paralelismo con la energía atómica. Se nos ha dicho que esta es más limpia, y ¡ecológica!, ya que ayudará a reducir la emisión de gases efecto invernadero. El efecto invernadero es según BBC Mundo: “un fenómeno atmosférico natural que permite mantener la temperatura del planeta, al retener parte de la energía proveniente del Sol. El aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) proveniente del uso de combustibles fósiles ha provocado la intensificación del fenómeno y el consecuente aumento de la temperatura global, el derretimiento de los hielos polares y el aumento del nivel de los océanos”.
Esta afirmación de la BBC, nos remite a la palabra equilibrio que el Diccionario de la Real Academia define en una de sus múltiples acepciones como: “el estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente”. Tras esta sucinta búsqueda de información, llegamos a la conclusión del profundo desequilibrio medioambiental que se está produciendo, y de la cantidad de intereses comerciales que existen de por medio.

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